Realidad Imaginada

Tomando prestada esta metáfora a Yuval Noah Harari, de su bestseller Sapiens (De animales a dioses), para darle título a este sencillo artículo, pretendo resumir cómo aprovechar la imaginación en la covidianidad.

Los retos que hoy tenemos, vienen dados desde dos fuentes: lo que sucede afuera de ti y de mi, y lo que creamos dentro. A fuera, hay un virus sin vacuna que podría provocar la muerte, acompañando de un sinfín de información, la cual muchas veces no es tan veraz. Adentro, en nuestras cabezas, existen percepciones que bien vale la pena reformular, creándolas de manera que nos faciliten actuar y no limitarnos.

En el baseball de las grandes ligas (MLB), en esta época de pandemia en la cual no permiten la la asistencia de público, se han hecho acompañar de elementos que los conecta con un ambiente igual a años anteriores, ha tener público ficticio, representados por rostros en fotos que ocupan asientos. En dichas imágenes, han aparecido desde personas desconocidas hasta personalidades, que muchas veces son sus ídolos. A eso, se le adhieren el sonido grabado de aplausos y en algunas cadenas hasta se puede percibir al público cuando se retira.

Para este caso, ¿en qué ayudan estas fotos y sonidos? En crear un contexto imaginado que traiga al presente representaciones y, principalmente, emociones que conecten a los jugadores con el hábitat tradicional. Que propicien calor del juego. Esta realidad imaginada, busca provocar una normalidad ya aprendida y suavizar el impacto que ha significado estos necesarios ajustes.

¿Esto tiene sentido en lo cotidiano y en lo covidiano?

Sí, y mucho más, es necesario! Yéndonos al libro de Harari ya citado u otras corrientes como la PNL o la Neuro-Semántica, los valores, lo que pensamos y lo que hacemos, surge y se consolida en un imaginario colectivo y personal.

Trabajar y crear adrede lo que entendemos que nos apoya para ejecutar lo que queremos no es solo una opción, debemos convertirlo en un deber. Es un camino importante para quienes gerencian personas, ya que les facilita el apropiamiento de sí. Terminan siendo características que moldean el liderazgo.

Aquí les comparto algunos tips de cómo crear la realidad imaginada, enfocándonos en situaciones específicas:

Trae a tu cabeza imágenes que representan momentos de logros. Respira y date permiso de experimentarlos como si lo estuvieras experimentando en este momento.
Coloca en tu escritorio fotos verdaderamente significativas para ti (no necesariamente de actos tradicionales). Vuelve a mirarla hasta que la veas en movimiento y escuches sonidos que te envuelven en su significado.
Pinta una sonrisa, aun en aquellos que te rodean y no la tienen.
Experimenta la sensación que desean visualizando una situación futura en particular.
Repite un mantra con el cual comulgues plenamente y a la vez te impulse hacia lo que deseas durante este tiempo de pandemia.
Escribe lo que deseas, no grandes metas, sino la de la semana.
Pregúntate, ¿qué debo pensar para pensar en la dirección que quiero?
Si te parece, busca escucha una canción que represente ese imaginario que necesitas en este momento.
Pregúntale a tu equipo, ¿qué decidimos imaginar para convivir mejor en estas horas de trabajo?